La dolçaina, un instrumento musical valenciano, ha estado en crisis y ahora se pone de moda entre la gente
La
Federación Valenciana de Dolçainers y Tabaleters para el orden de aprendizaje
de grado medio de la dolçaina, anunció que este instrumento
ya no es minoritario, sino que es tan accesible y atractivo como cualquier
instrumento normalizado. Según un estudio realizado en 2002 por esta
Federación, se ha dado un aumento del 70% en alumnado, y se han creado nuevas escuelas. También, el instrumento empieza a tener la
consideración social de la que disfrutan los instrumentos normalizados, con
unas características propias definidas.

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Bendición de Animales en Pedreguer, el año 1997 |
Empieza a tocarla en el año 1993 con 18 años en las fiestas populares de su barrio (barrio del Cristo) y al poco tiempo tocaba en las fiestas de muchos pueblos de la comarca. En el año 1996 empieza a dar clases en las localidades de Ondara y Pedreguer puesto que la gente sentía curiosidad por aprender cada vez que le escuchaban a él tocar. Debido al gran número de alumnos, decide formar una banda o colla, para así hacerles disfrutar más del instrumento, poder tocar conjuntamente con otros dolçainers y hacerles mejorar como músicos.
Alemany
ha fundado varias bandas como la Colla
de Ondara, Traginers de Pedreguer, Escamot de la Gresca de Pedreguer,
Clandestina de Pego, Roquerol de Dénia y actualmente dirige la Colla de Ondara, Xirimitab’s de Jávea y
Traginers de Pedreguer.
La dolçaina estuvo en crisis por falta de intérpretes, y en muchos
sitios sustituida por otros instrumentos como el clarinete. A finales de los
años 70 principios de los 80, un colectivo de gente con ideas
nacionalistas se preocupa de potenciar y recuperar este instrumento más
representativo y su repertorio más característico. También enriquecen el
repertorio con nuevas composiciones, en las que habría que destacar a Enric
Girones, Xavier Ahuir, Raimon Galiana o Joan Blasco.
Los
dolçainers son autodidactas y el
instrumento lo construían cada uno a su manera, variando las medidas y por
tanto su afinación hasta llegar a los años ochenta. En estos años, Joan Blasco,
quien se le conoce como el padre de la dolçaina
moderna, construye una dolçaina con
una determinada afinación en G (sol) y
en este momento todas las dolçaines
se construyeron con las mismas medidas y misma afinación, hecho que provoca que dejara de ser un instrumento
únicamente solista y poder tocar más de dos dolçainers
juntos. Esto es toda una revolución para un instrumento solista y en ese
momento aparecen las Colles de
dolçaina.
Los hermanos Aliaga han sido los
mejores constructores durante muchos años. Joan Blasco empieza a dar clases de dolçaina en el conservatorio municipal
de música “José Iturbi” de Valencia. Esto hace que en pocos años aparezcan
buenos intérpretes como Xavier Richart, Alejandro Blay o Josemi Sánchez, puesto que nunca se habían impartido clases
de dolçaina en un conservatorio. En
pocos años pasan a ser profesores y crear escuelas y nuevos intérpretes. Todo
esto provoca un boom en el mundo de la
dolçaina en el que se formaron
escuelas, colles de dolçaina, y se
forman muchos y buenos intérpretes.
“Posiblemente este sea el mejor momento en la historia de la dolçaina, a nivel de intérpretes, nuevas
composiciones, etc.” argumentó Alemany.
Natxo Bielsa, intérprete de nuevas
composiciones musicales para la dolçaina
y músico en una colla de dolçaines y
tabals, empezó a tocar en el año 1996 con 11 años. Comenta que cuando
empezó a ir a clases, eran muy pocos los alumnos y de varios pueblos distintos,
aunque año tras año iba aumentando el alumnado. “Pasamos de ser unos cuantos a
ser muchos y formar colles que hasta
esa fecha apenas se podía ver alguna” afirmó.
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Colla formada por alumnos de la Escuela de Dolçaina de Ondara sobre el 1999 |
Según Bielsa, la dolçaina está despertando mucha curiosidad en gente de otros países
o continentes puesto que se está sacando de su contexto tradicional y se está
llevando a otras corrientes como el jazz, el rock, ska, música de cámara, etc.
Así mismo, afirma: “Lo bueno de la dolçaina
es que es un instrumento alegre, y lo que trasmites con ella siempre es
alegría”.
También argumenta que des de 1993 se ha ido
añadiendo la dolçaina a nuevos grupos
musicales de todo tipo de música. Esto también fue otra de las razones por la
que la gente despierta el interés por el instrumento. Les llamaba la atención el
instrumento que sonaba entre sus canciones favoritas y por eso tenían
curiosidad de tocar.
Un ronquido para calentar

Para
poder empezar a tocar bien la dolçaina, se debe calentar previamente la caña de
doble lengüeta. Para ello, se moja la caña moviéndola por la boca para tenerla
humedecida con la saliva. A medida que
se va moviendo la caña, ésta irá cambiando de sonido hasta producir un ronquido
muy fuerte parecido al sonido de una rana, lo cual significa que ya está lista
para tocar canciones. Este ejercicio de roncar, se debe hacer siempre antes de
tocar para que la melodía suene bien.
Colla de Ondara en el pasado 9 de octubre, día nacional del País Valencià:
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