viernes, 28 de noviembre de 2014

“Por poco me quedo invalida con la operación de mi columna vertebral”

Siomara Reig nos cuenta la cruel experiencia que ha vivido durante toda su adolescencia y parte de la infancia


La joven ha pasado lamentablemente por dos operaciones por la desviación de su columna vertebral. Desde muy pequeña, con 7 años, tuvo que cargar con corsés para tratar de ponerla recta. Hasta los 15 años no tuvo su primera intervención quirúrgica, y aquí empezó su peligrosa pesadilla.






Siomara es una aficionada de la fotografía y así lo demuestra siempre en sus ratos libres. Aprovechó sus peores momentos de aburrimiento en la cama para hacer un curso sobre la historia de la fotografía que tanto soñaba, aunque fuese a distancia. Tras la recuperación de la primera operación, hizo un grado medio de Fotografía en Gandia, y ahora tiene la esperanza de poder hacer el superior.

ENTREVISTA:

Tras acarrear con los corsés y aguantar todos los dolores y mareos, los médicos se lanzaron al fin, en noviembre de 2007, a hacerle pruebas y actuar. ¿Qué problemas surgieron para que tuviera que arriesgarse a una segunda operación?
Primero que nada,  me operaron cuando aún estaba creciendo. Es como que me hicieron un traje a medida, y cuando crecí, ese traje me venía pequeño. Eso es lo que pasó con mi espalda. Me pusieron unos hierros como si yo no tuviera que crecer más, y cuando crecí, empezaron a doblarse y soltarse. A todo esto, se me bloqueaban las piernas y brazos y no podía andar. Y así durante siete años.
La primera operación de Siomara
con 15 años

Pero cuando iban a someterle por primera vez, ¿le aseguraron que le adaptarían unos hierros para el resto de su vida? o de lo contrario, ¿le comunicaron que esos hierros se los quitarían en un futuro?
Me dijeron que me pondrían unos hierros para siempre, a no ser que por algún accidente o algo se rompiesen, y los tuvieran que quitar. Pero en teoría, no tendría por qué haber una segunda operación.

Se pasó un tiempo buscando a alguien que se interesa por su caso después de la primera operación. ¿Cuántos años estuvo sin encontrar a nadie que le ayudara en todo esto hasta dar con la mujer que le operó por segunda vez?
Pues si ahora hace 7 años que me operaron, 6 años y medio buscando un médico. Yo aún no me había levantado de la primera operación, y ya empezaba a tener problemas, cada mes peor.

¿Por qué cree que ella se ha interesado por su caso?
Yo creo que porque es una de los pocos médicos que les gusta su trabajo y les gusta ayudar a los demás.  Porque hoy en día, pocos médicos intentan ayudar a las personas. También es un caso que es muy mirado por muchos médicos y ninguno se ha atrevido. Yo creo que este caso también le ha beneficiado a la chica, en la cuestión de que si salía todo bien, sería un gran paso para ella también. Puesto que nadie se atrevía a tocarme ya.


La segunda operación de Siomara
con 22 años
Hace cinco meses, se realizó la segunda y de nuevo peligrosa operación de su vida, en la que le quitaron todos los hierros. ¿Qué les sorprendió de su espalda?
Encontraron algún tornillo que otro en mal estado porque no era del metal que me habían dicho. Ellos me aseguraron que me pondrían titanio puesto que no se oxida, y a la hora de quitármelos, se encontraron con la sorpresa. 

 También se encontraron con unos hierros que pisaban los nervios de las piernas. Esto no salía en las pruebas.  ¿Cómo lo descubrieron?
La cirujana de la segunda operación me hizo pruebas que nunca me habían hecho. Pruebas que acercaban más donde estaba el problema. Pero lo de los nervios pinchados no salía en ninguna de las pruebas. Tuvimos suerte que en plena intervención, se fijó y se dio cuenta. Por poco me quedo inválida con la operación de mi columna vertebral, y a días de hoy, no caminaría.

El cirujano que le operó en la primera intervención, anotó en las observaciones que todo estaba impecable y la operación era un éxito. ¿Por qué tenía miedo a especificar que los nervios de sus piernas eran pisados por unos hierros?
Yo creo que no quiso asumir que lo hizo mal y por eso luego quiso decir que estaba todo perfecto. Pienso que se iba de la cabeza porque me puse en contacto con mucha gente que estuvo operada desde mi año hasta años después, y muchas tenían quejas de él. Y antes de todo eso, la gente estaba muy contenta con él. Ahora está jubilado.

Pero además, el cirujano no te mandó a ninguna rehabilitación después de la operación. ¿Por qué?
Porque el hombre no quiso hacerme revisiones ni rehabilitaciones. Todo lo hacía yo por mi cuenta en un fisio particular. Pagué a un fisio privado para poder andar. El problema es que cuando llevas un año en la cama, no puedes andar, no sabes.

¿Por qué no ha denunciado al cirujano?
Tenía pensado denunciarle pero no tengo suficientes pruebas. Los dolores no se pueden demostrar. Es su palabra contra la mía, pero sí que hay muchos informes en los que se demuestra que he estado muchas veces en urgencias e incluso ingresada con dolores y mareos. A veces, bloqueada sin poderme aguantar de pie.

Pero tras la segunda operación, la cirujana sí dejó claro en observaciones que se habían encontrado unos hierros que no se podían quitar y otros en mal estado, ¿verdad?
No no, me lo dijeron a mí en boca pero no lo pusieron porque me operó ella y una excompañera del cirujano que me había operado antes. Me dijeron que los hierros tenían un líquido que se tenía que analizar para asegurarse que no era nada malo, y por eso no quisieron entregarme los hierros. Y nada, no me pusieron ni que estaba en mal estado ni que eran del material que tocaba.

Después de cada operación, ¿cuánto tiempo ha estado en la cama?
De la primera estuve un año, que es cuando perdí las clases de 3º de Eso en el Instituto, y después hice rehabilitación. Y ahora, en la segunda operación,  al quitar los hierros, he estado unos tres meses y medio acostada y todo lo demás en rehabilitación pero sin obtener aún el alta médica.

¿Cree que puede surgir una tercera operación?
Espero que no, pero si se vuelve a curvar, me tendrán que volver a poner todos los hierros.

¿Qué le aconsejaría a alguien que tenga el mismo caso que usted?
Que  no deje de luchar nunca y que no se hunda. La espalda es un dolor que siempre vas a tenerlo aunque te operen. Es un dolor que te acompañará siempre. Tienes que saber escuchar a tu espalda. Si sabes escuchar a tu espalda, no te hundes y sigues luchando, al final lo sacarás. A un niño nunca le escondería los problemas, así como tampoco me los han escondido a mí cuando era pequeña. Al contrario, yo fui la primera que al principio, como era niña, tenía miedo y decía “si me quedo paralítica, no quiero vivir”. Eso era lo que decía cuando era pequeña. Esta vez, ya no. Como lo pasé tan mal, después de la operación estuve viendo un equipo de baloncesto que jugaban con sillas de rueda, estuvieron contándome casos, y me di cuenta que podía llevar una vida normal, que eran felices  y ahora, esta vez, sabía que podía quedarme paralítica también, pero me daba igual. Tú no tienes que esconderle los riegos a una persona, al contrario, se los tienes que enseñar y ayudarlo a enfrentarlos. Yo no le escondería nada. Creo que eso es lo que te hace fuerte.



Siomara tras la segunda operación
 hace 5 meses

El pasado miércoles 26 se le fue retirado el corsé para siempre, pero sin el alta médica. A pesar de todo, Siomara es una persona valiente y positiva. Demuestra siempre con sus palabras que tiene la esperanza que algún día sea todo normal.

                                  Sobre ella

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