jueves, 24 de noviembre de 2016

Un dardo anestésico puede llegar a ser mortal

Según el veterinario, Pedro Larrinaga, la anestesia en los animales no resulta siempre efectiva




Con 23 años de experiencia en el mundo animal, Pedro Larrinaga es uno de los veterinarios bizkaínos, especializado en animales exóticos. El profesional atiende urgencias en los refugios de fauna silvestre de Basondo y del Carpín de Carranza. Sin clínica, pero con una pequeña oficina, el profesional se desplaza a domicilio como Servicio Veterinario Prest para ocuparse de animales rumiantes, équidos, fauna y mascotas.



En estos 23 años como veterinario, ¿qué tipo de animales has atendido?
El 90% de los animales que más he tocado han sido los bovinos. No obstante, también he tratado prácticamente todos los animales domésticos. Por otro lado, he atendido alpacas, guanacos, llamas, ualabís, macacos, titis, pumas, tortugas, ciervos, osos,  leones mojitos… Con estos leones tuve varios problemas porque se atragantaban al comer a causa de una estenosis esofágica, y varias veces les he llevado a urgencias para resolver el problema. Al final descubrimos que la solución estaba en dormirlo ya que se relajaba la estenosis y, de esta forma, el trozo de carne atascado bajaba hasta el estómago.
Familia de macacos


Como veterinario especializado en fauna salvaje, suele dedicarse al tema de los equipos de anestesia,  ¿cuáles son los problemas más frecuentes que suele atender en los animales?
Muchas veces tengo dificultades por falta de medios a la hora de hacer pruebas clínicas a algún animal que esté enfermo. Por tanto, lo que hago es solicitar un traslado a una instalación más preparada o más adecuada con escáners, rayos o ecografías. Cuando son temas de traslado, prefiero que sea a una clínica más completa que  mi oficina, puesto que aprovecho para realizar pruebas, y si no tengo las suficientes, pueda seguir haciendo sin la necesidad de trasladarlo. Al fin y al cabo, es como los humanos cuando deciden ir al hospital antes que a un ambulatorio, ya que saben que tienen todas las instalaciones que necesitan a la hora de realizar más pruebas.

Pero, según un estudio de Vet Anaesth Analg realizado en Inglaterra en el 2012, y en el que 3546 animales fueron sometidos a anestesia general, la tasa de mortalidad general es de un 1’35%. ¿Usted ha vivido algún caso de mortalidad o riesgo a la hora de realizar su trabajo?
En general, es un riesgo grande puesto que la anestesia de un animal salvaje tiene un margen de seguridad muy bajo y puede tener muchos riesgos en ese momento. Alguna vez he tenido accidentes profesionales a la hora de anestesiarlos. El impacto del dardo sobre el animal  crea un estrés repentino que le hace dar un salto de metro y medio y quedar en estado catatónico. Al cabo de dos días muere sin dar tiempo a que haga efecto la medicación. Pero este riesgo se puede tener en cualquier momento, todo depende de cómo reaccione el animal y la capacidad de estrés que tenga.

En cuanto a las desparasitaciones internas cada 3 meses, en animales domésticos es fácil aplicar la medicación, al igual que es fácil detectar los parásitos, puesto que están más acostumbrados a la presencia humana y por tanto, están más vigilados en ese aspecto. Pero ¿Cómo afectan en estos animales silvestres?
Los animales salvajes suelen comer otros animales o carnes crudas como pollitos. Estas carnes pueden contener parásitos que al alimentarse, despiertan fases larvarias que se desarrollan al realizarse la digestión. Por tanto, cumplen el ciclo total de la larva y es en ese momento cuando pueden parasitar a los animales. La carne cruda tiene mucha tendencia a contener parásitos y es por eso que muchas veces se recalca lo de “no dar carne cruda al perro”. Pero esto solo sucede con los animales puesto que un humano se come una oveja que contiene un quiste yatírico, y no le sucede nada. En cambio, lo come un animal carnívoro, y desarrolla una lombriz que va a contaminar la vegetación y los rumiantes, de forma que se cierra el ciclo de nuevo si otros carnívoros los comen. Estas lombrices pueden ser intestinales, pulmonares o lombrices enquistadas en el tejido en carne o vísceras.

¿Y cómo controlan la desparasitación para conseguir no cerrar el ciclo larvario en estos animales?
Si no hay carnívoros que coman rumiantes, normalmente no se cierra el ciclo y no habría ningún problema. Pero a estos animales les encanta comen carne de rumiante, y aunque no sea de los animales de la misma instalación, comen de carnicería. Por tanto, hay que tratar esos parásitos  de forma adulta intentando que el número de huevos que pueda poner sea el mínimo posible. Sabemos que en los ciclos, de un huevo a un gusano que pueda poner huevos rondan unos 48 días. Contando que ya hemos desparasitado las formas maduras y no las larvarias que estén a medio crecer, sabemos que, en función del desparasitador utilizado, habrá que seguir unas pautas u otras. Solemos usar las desparasitaciones generales de forma menstrual o cuatrimestral. Con una desparasitación nunca será suficiente, pero con una rutina, finalmente la reinsectación será menor y conseguimos que la carga parasitaria sea baja.

¿Es difícil aplicar el medicamento para desparasitar estos animales salvajes?
Todo depende de cada animal. Hay animales a los que resulta muy fácil darles un producto. Por ejemplo, a un carnívoro, le ponemos una pastilla triturada dentro de un pollito, y al comerlo, ya se toma su medicación. Para rumiantes, en cambio, tenemos unos polvos mezclados con harina para echar en el pasto, u otros que son inyectables, aunque no se utilizan mucho por el manejo. El hecho de tener que capturarles, inmovilizarles y aplicar el medicamento resulta ser muy estresante para ellos.  No obstante, es cierto que en la mayoría de animales se ha utilizado el medicamento subcutáneo sin dardo.

En su trabajo, debe estar continuamente informado de cara a las nuevas especies que trate y además, abierto al aprendizaje de nuevos conocimientos. ¿Ha necesitado alguna vez de otro profesional a la hora de atender a un animal al que desconocía su especie?
Siempre. Hay una cosa muy importante que hay que tener en cuenta en esta profesión: no se puede pretender saber de todo. Lo mejor es consultar a alguien que creamos que puede saber más sobre una especie, puesto que igual su trabajo está más dedicado a ella o porque trata unos parientes cercanos. Si hay algo que no sabemos, tenemos que estudiarlo y aprenderlo. Pero si tenemos a alguien que nos pueda acercar o aportar ese camino porque lo sabe, vamos a trabajar con más ventajas. Por tanto, siempre hay que preguntar. Además, el tema de las anestesias es muy complicado puesto que dos animales muy parecidos como lo pueden ser por ejemplo, un arruí y un muflón, son diferentes a la hora de anestesiar. El arruí es la especie que más me cuesta anestesiar puesto que he probado muchas mezclas anestésicas para intentar dormirles y nunca me funciona igual. Puede que el primer día se duerman con una posología normal,  y a los 15 días de seguimiento, necesites doble anestesia porque el animal se estresa y reacciona de forma nerviosa ante la presencia de la cerbatana. Por tanto, es importante aprovechar la hora de la comida para anestesiarles, a pesar de que ellos notan que ya no es una rutina diaria.

Los animales domésticos como los perros o los gatos están acostumbrados a la presencia humana, a diferencia de los animales silvestres. ¿Cree que es más fácil atenderlos a ellos antes que a los salvajes?
Veterinario atendiendo una de las vacas
La característica principal no es comparable al animal salvaje, puesto que lo más importante es la frecuencia que al final se domine. En mi caso, por ejemplo, no es necesaria la documentación antes de visitar una vaca, puesto que el 90% de los problemas que tenga, son habituales. Puedo llegar a ver 3 o 4 casos similares a la semana. Si en caso contrario, tuviera que visitar leones, me dedicaría más a atender casos de leones. Por tanto, sólo por el número de animales que hay, y por las incidencias que pueda tener, no son muy frecuentes. Es decir, lo habitual es ver todos los problemas de una misma especie y no uno de cada 1000 especies. En el caso de los animales domésticos, especialmente con los gatos, se deben tener medios y trucos para lograr pincharle sin tener que dormirle. Aunque estos sean salvajes, a la hora de comer, son bastante mansos porque nadie les está agrediendo ni intimidando.

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